Diligencia: "Prontitud de ánimo para obrar el bien". (Pequeño Larousse Ilustrado).
Para
liberarnos de la DESMOTIVACIÓN, debemos generar o aumentar el nivel de
diligencia en nuestras pautas personales, lo cual significa revisar nuestra
prontitud de ánimo para obrar, es decir, el nivel de nuestras ganas para actuar
o ejecutar nuestras tareas, una persona motivada suele ser diligente en sus
actividades y ejecuta sus tareas con responsabilidad.
Es
importante analizar, si: ¿nos gusta la vida que llevamos?, ¿el trabajo que
hacemos?, ¿nuestra rutina diaria?, pues esto es un indicador de nuestro
autoconocimiento, evidentemente al que le gusta su manera de vivir, su empleo y
sus rutinas, quien posee un alto poder de bienestar y equilibrio le resulta más
fácil ser diligente.
No
obstante lo expresado, a veces tenemos circunstancias de vida diferentes a las
que creemos haber planificado, pero que igualmente hemos decidido o escogido
tener, ya sea por acción u omisión; pero tenemos la percepción de que debemos
hacer lo que queremos, lo cual es ciertamente aconsejable, sin embargo, una
forma de lograr hacer lo que queremos y que lo que queramos sea armónico con el
universo, es decir, guarde sincronía y sintonía con los ritmos universales, es
comenzar por querer lo que hacemos.
Al
enviar mensajes de amor a nuestra habitualidad y tratar de ser diligentes y
hacer las cosas con entusiasmo, nuestro nivel de intuición mejora y se
fortalece, comprendemos mas la forma en la que el universo se desenvuelve, mejora
nuestro nivel de motivación y nuestra diligencia y con ello la asertividad en
nuestras decisiones.
Ser
diligente aumenta el número y la calidad de nuestros resultados, evidentemente
porque aumenta nuestro nivel de intentos. La diligencia es una virtud para
aprender e imitar, es una pauta del perfil de personalidad de los seres
exitosos.
La
diligencia se adquiere o mejora mediante un proceso de trabajo progresivo y
constante en el que iniciamos observando:
1. ¿Terminamos todo lo que
comenzamos?.
2. ¿Cuánto tiempo nos lleva
terminar lo que comenzamos?.
3. ¿Cuándo lo abandonamos sin
terminarlo, en qué nivel lo abandonamos?.
4. ¿De dónde proviene el
sabotaje que nos lleva a abandonar nuestras tareas?.
Una
vez identificados los elementos que refuerzan la desmotivación, aplicamos
correctivos para mejorar o incorporar la diligencia en nuestras vidas, para lo
cual aplicamos los siguientes tips:
1. Tomando un área de nuestra
vida a la vez, nos proponemos culminar cada plan que nos trazamos.
2. Ponemos tiempo de culminación
a nuestros planes.
3. Si se trata de un trabajo
largo, lo dividimos en etapas y colocamos fechas para culminar las etapas.
4. Incluimos en nuestra rutina
diaria, alguna actividad física para producir energía (hacer algún deporte), ya
que producimos tanta energía como consumimos, y el deporte propicia tanto el
bienestar físico como emocional, por eso las personas desmotivadas generalmente
no son eufóricas.
5. Después de haber observado si
algo en nuestra vida no nos gusta hacemos una planificación para cambiarlo o
revertirlo, permitiéndonos trabajar dentro de un proceso en el que tengamos
paciencia y oportunidad de observar los resultados.
Sustituir
la desmotivación, por motivación y diligencia requiere un gran trabajo, esmero
y una genuina intención de hacerlo, pero nuestro resultado será directamente
proporcional a nuestra intención de hacerlo y lograrlo.
Todo
trabajo de crecimiento personal, que implique incorporación de pautas, requiere
nuestra observación y dedicación, pero te aseguro que pueden lograrse
maravillosos resultados, no importa lo difícil que parezca, lo lograrás.
Camina
hacia tu ser evolucionado, el universo te apoya, solo relájate y viaja en los
sutiles movimientos armónicos de su fuerza.