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sábado, 28 de marzo de 2015

MANEJANDO LA IRA



Existen formas de movilizar la energía que representa la ira para transformarla en el sentimiento o virtud que la contrarresta, es decir, por el sentimiento de “PACIENCIA”, representado por un alto nivel de tolerancia y comprensión de nosotros mismos y de nuestro entorno; la paciencia sana las heridas causadas por la ira, tiene un efecto calmante, e igualmente mejora nuestra capacidad de amar y nos hace mas compasivos.
La paciencia es la más grande y poderosa de las virtudes que puede generar o despertar un ser humano, y es que a través de ella se pueden hilar otras virtudes, en el entendido que al hacernos conscientes de que la paciencia es una manera maravillosa de alcanzar nuestras metas y lograr incorporar a nuestra vida todo cuanto queramos reestructurar, sustituir o modificar.
Quien es paciente consigo mismo, ya posee un nivel de amor que le permite acceder a otros dones universales, la paciencia en nuestra relación intrapersonal es la base de la paciencia en nuestras relaciones interpersonales. La paciencia representa el primer paso para obtener sincronía, ya que, el que tiene la capacidad de esperar sin ansiedad, alcanza con mayor facilidad el equilibrio.
En sentido estricto la paciencia es la capacidad de aceptar y esperar sin que necesariamente esto nos convierta en seres conformistas y desmotivados. La mencionada virtud representa además nuestro deseo y necesidad de entrar en equilibrio con el universo.
Ejercicios para generar y aumentar nuestros niveles de paciencia:
Generar paciencia implica aprender a no sucumbir ante los deseos personales, concebidos desde el punto de vista del ego. Implica además aceptar como principiantes que lo que importa no es nuestro tiempo, sino el tiempo de la energía inteligente, con la cual generaremos sincronía de forma más veloz en la medida en la que dobleguemos nuestra voluntad a la velocidad y tiempo del universo. Para lo cual debemos:
1.- Hacernos conscientes de que nuestra calma interior garantiza la velocidad a la que nos movemos exteriormente.
2.- Interiorizar que la espera activa pero relajada propicia resultados perfectos, pero la espera pasiva y angustiosa crea resultados adversos.
         3.- Confiar, lo cual se ejercita a través de afirmaciones o repeticiones (tal como se fortalecen los músculos físicos) aumentan nuestra fortaleza emocional. Las afirmaciones persiguen calmar la mente insegura, crear un corazón confiado y libre de miedos, dichas afirmaciones pudieran ser:
-         Mi confianza garantiza mis resultados.
-         Mi mayor certeza es que el resultado será perfecto y armónico.
-         Mi calma en la espera acerca mi objetivo.
·        Ordeno a mi mente guardar silencio y esperar apaciblemente los dones  del universo.
Para generar paciencia no debemos olvidar, lo que hace tantos años dijo el filósofo griego Heráclito y que aun está vigente “Todo fluye”.

lunes, 23 de marzo de 2015

LA IRA

La ira es un sentimiento asociado a la frustración, que experimentamos cuando no logramos lo que queremos, o las cosas no salen como esperamos o las hemos planificado, es además una reacción a situaciones en las que nos sentimos atacados, o emocionalmente amenazados (sentimos miedo).

Conocida también como rabia o enojo, tiene varios matices y niveles, raíces o causas, pero es definitivamente el sentimiento activamente más tóxico, ya que tiene una influencia directa en la producción de químicos corporales altamente dañinos. Su efecto se refleja en gran medida en el estómago, o mejor dicho en la función del mismo, aunque de acuerdo a su raíz, y tiempo de duración suele afectar otros órganos.

En virtud de lo expresado, es importante evaluar cuan irascibles somos, para medir si nuestra capacidad de alteración tiene un nivel desproporcionado con lo que debe ser una reacción normal frente a una situación amenazante o perturbadora; ya que, el nivel de respuesta que proviene de nuestro interior expresa además el nivel de tolerancia y comprensión que sentimos con nuestro entorno, así como la capacidad de vivir aplicando inteligencia emocional, frente a situaciones adversas.

Medir nuestro nivel de ira es importante, ya que este es un sentimiento que genera en ocasiones reacciones desproporcionadas, que nos llevan a tomar decisiones inadecuadas y a escoger caminos que retrasan nuestro crecimiento.

Debemos recordar, que la rabia prolongada produce resentimientos que causan manchas en nuestro campo energético, equivalentes a rasgaduras físicas, ya que causan malestares emocionales  similares al dolor físico. En realidad,  las heridas causadas por la rabia comienzan por ser de orden energético,  que pueden verse en el campo aural, pero que pueden posteriormente viajar al campo físico y convertirse en dolencias menores, y llegar a enfermedades crónicas cuando adquieren elevados niveles.

Ahora que, ya conoces en qué consiste el sentimiento de ira, y que puedes tener idea de cuán grande puede ser su poder destructivo en tu cuerpo, es importante que comprendas la necesidad de hacerte consciente de los ataques de ira de los que puedes ser objeto.

Aun los estados frecuentes de molestias por pequeñas que sean, a pesar de no causar explosiones de ira, pueden causarnos un terrible daño, la ira tiene una influencia importante en el flujo energético del cuerpo y tiene mucho que ver con la posible distorsión de nuestras funciones cardiovasculares y cerebro vasculares.

Puede causar efectos nocivos automáticos en nuestra salud, tales como ataques cardíacos, accidentes cerebro vasculares e incluso lesiones del sistema nervioso central,  pero además los residuos de frustración sobre los cuales se desarrolla la ira, en ocasiones trascienden como resentimientos, pueden causar distorsiones en el campo energético localizadas que en la medida que baja su nivel vibratorio y aumenta su densidad pueden convertirse en lesiones tumorales.

Desde el punto de vista meramente emocional, la ira causa además cicatrices en el aura que se convierten en dolores del alma. De este modo podemos ver como una persona irascible es comúnmente una persona intolerante e incapaz de generar frecuentes estados de plenitud y en general desarrolla, inicialmente lesiones físicas relacionadas con el área de ubicación del plexo solar, cercano al área del estómago, el cual representa el centro físico de las emociones en nuestro cuerpo.

El ejemplo más fehaciente de esto, es que las personas irascibles generalmente padecen de gastritis o ulceras; no obstante lo expresado es importante comprender que el malestar emocional, desacuerdo, incomodidad, enojo, son emociones perfectamente comunes y normales en el ser humano, el problema no es experimentar dichas sensaciones sino como nos relacionamos con ellas.

La emoción aparece y dispara una sensación, nuestra forma de manejar o expulsar dicha sensación condicionada por nuestra destreza emocional generará nuestra capacidad de respuesta física a corto, mediano o largo plazo, creando señales que se reflejan en nuestra salud.

Lo expresado  concuerda con lo que expresa una conocida escritora dedicada a la práctica de la medicina de la energía “nuestra biografía es nuestra anatomía” (Caroline Myss), en su obra Anatomía del espíritu.